La naturaleza muerta o también llamada Bodegón, es una obra
de arte histórica y cultural que lleva muchos siglos en la representación de la
humanidad. En estas se pretende representar animales, flores u otros objetos
que puedes ser naturales o bien hechos por el hombre. Esta rama de la pintura
se define y basa por el diseño, el cromatismo y la iluminación, todo con el fin
de producir un efecto de serenidad y armonía en las obras.
Aunque los primeros registros datan desde los egipcios, no
fue sino hasta el siglo XVII cuando empezó a tomar popularidad. La naturaleza
muerta da más libertad al artista compositivo que otros géneros como lo pueden
ser los retratos o paisajes. Los bodegones, particularmente antes de 1700, a
menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los
objetos que representaban. Algunos bodegones modernos rompen la barrera
bidimensional y emplean técnicas mixtas tridimensionales, usando asimismo
objetos encontrados, fotografía, gráficas generadas por ordenador o sonido y
vídeo.
Tazón de fruta transparente y jarros. Frescos romanos en
Pompeya (c. 70 d. C.).
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Como ya mencione, la naturaleza muerta tiene registros que datan desde la era de los egipcios, se cree que los objetos relacionas con la comida y vida doméstica del difundo los acompañaba en el mas allá, dispuestos para que los muertos los usaran, eran sepultados con joyas y debas pertenencias para que Ra y Anubis los consideraran dignos en el otro mundo y a la vez tuviesen objetos para vivir en el otro lado con serenidad y calma.
Las pinturas sobre jarras de la
Antigua Grecia también demuestran gran habilidad, al representar objetos
cotidianos y animales. Bodegones parecidos, más simples decorativamente, pero
con perspectiva realista, se han encontrado en pinturas murales de la Antigua
Roma y en mosaicos en Pompeya, Herculano y la Villa Boscoreale, incluyendo el
motivo posteriormente tan familiar de un bol de cristal con frutas. Los
mosaicos decorativos llamados emblema, que se han encontrado en casas de
romanos ricos, demuestran la variedad de comida de la que disfrutaban las
clases superiores, y también funcionaban como signos de hospitalidad y como
celebraciones de las estaciones y de la vida.
Un dato curiosos de estos
bodegones, es que sirven como registros culturales de las poblaciones que los
hacen, un ejemplo claro seria la ciudad de la Atlantida, la cual se ha podido
obtener registros de su cultura, gracias a que algunos bodegones preservados
muestran sus dioses o tendencias en esos entonces, incluso la ciudad de Pompeya
dejo de ser un enigma al encontrarse en bodegones los retratos de sus
costumbres y culturas, un ejemplo de esto sería su veneración al toro y pruebas
de valor que se le aplicaban a los ciudadanos más jóvenes, a su vez, registros
de sus comercios o costumbres.
Bodegón, Cristoforo Munari (1667–1720).
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En el siglo XVI, la comida y las
flores reaparecerán como símbolos de las estaciones y de los cinco sentidos.
También desde la época romana existe la tradición del uso de cráneos en las
pinturas como símbolo de mortalidad y de fugacidad, a menudo acompañada por la
frase Omnia mors aequat (La muerte iguala a todos). Este motivo de la vanidad
de las cosas vanitas, cobrará un gran auge en la pintura barroca
posteriormente, en especial con los pintores holandeses de alrededor del año 1600.
La apreciación popular del
realismo en el bodegón se relaciona con la leyenda griega antigua de Zeuxis y
Parrasio, de quienes se dice que compitieron por crear los objetos más
parecidos a la realidad, siendo éstas las descripciones más antiguas de la historia
de pintura de trampantojo. Como Plinio el Viejo relataba en los tiempos
romanos, los artistas griegos de siglos antes ya eran muy diestros en el
retrato y el bodegón. Distinguió a Peiraikos, (cuya maestría muy pocos
sobrepasan) este pintó tenderetes de zapateros y barberías, asnos, plantas y
cosas semejantes, y por esa razón le llamaron el “pintor de los objetos
vulgares”; aun así estas obras eran en conjunto deliciosas, y se vendían a
precios más altos que las más grandes pinturas de muchos otros artistas.
Juan Sánchez Cotán, Membrillo,
repollo, melón y pepino (1602).
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Con los ejemplos anteriores,
podemos demostrar que la naturaleza muerta es un registro social y cultura de
ciertas culturas. Nos relatan la historia y costumbres, sin ningún tipo de manipulación
o perversión de la misma. Obviamente cada quien puede tomar su propio criterio
al momento de interpretar dicha información, como en las pinturas, donde no
solo basta conocer la corriente o el autor, si no también aunque tengamos los
sentidos más finos y desarrollados en el arte, debemos comprender, que siempre
tendremos un punto de vista diferente.
El profesor nos solicitó imágenes
tomadas por nosotros de naturaleza muerta, y deberé ser honesto contigo, no soy
el mejor fotógrafo ni artista. Aun así tome estas imágenes con los objetos
donde vivo y analice que todos tenemos algún registro de naturaleza muerta a
nuestro alrededor. Ya sea desde un simple cuadro, imagen, tarjeta, carta o
estampa o bien algo más desarrollado como un objeto o instrumento de uso
diario, todo tiene un registro cultural de nuestra especie, humanidad y
desarrollo cultural y tecnológico. Por eso, es importante observar no solo los
detalles de los objetos, si no también, poder observar el cómo y porque están conformados
como lo están en ese momento.
De esa manera empezaremos a ser
verdaderos críticos en el arte, ya que un crítico no critica la belleza con lo
que ven sus ojos, si no lo que su mente comprende, entiende y siente de lo que está
observando. Critica los elementos y sus partes, su función, su mensaje y lo más
importante, el momento en el que fue realizado y la necesidad que satisface,
este último punto engloba todos, ya que
si algo es cierto, es que todos podemos ver el arte pero pocos podemos
apreciarlo.
IMAGENES CEL
Los girasoles prometidos
Ana Rosa Franco Cruz
Óleo sobre Lienzo
30 x 48 cm
México, D.F.
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Foto: Luis Herbert
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Foto: Luis Herbert
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Foto: Luis Herbert
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Foto: Luis Herbert
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Foto: Luis Herbert
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Foto: Luis Herbert
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