Mensaje del profesor Jorge Morales Moreno
Cuando México logró la independencia (1821), la cultura visual y el
imaginario colectivo del nuevo “ciudadano” habían sido moldeados, representados
y socializados por las artes visuales (pintura, escultura, grabado) y la
arquitectura propias del periodo virreinal, de clara tendencia religiosa. Sin
embargo, a mediados del siglo XVIII proliferó una pintura de tema social (de
alto contenido racial) centrada en la descripción física y social de las
diversas castas que componían a la sociedad novohispana. Este género pictórico
contribuyó a la formación de una gráfica popular que daba cuenta del vestir,
los oficios y las costumbres de sus pobladores. Este tipo de “pintura de
costumbres” reforzaba las premisas verticales, jerárquicas y paternales propias
de los valores de la corona española y perdió valor utilitario cuando las
castas (y la esclavitud) quedaron abolidas por la constitución de 1824.
Romper con la tradición iconográfica heredada del pasado virreinal y
sustituirla por una nueva, imbuida por un imaginario de carácter nacional,
laico (de preferencia), patriota (por definición) e histórico (por naturaleza),
fue uno de los objetivos de todos los gobiernos federales que se sucedieron a
lo largo del siglo XIX, incluyendo los conservadores y al mismo emperador
Maximiliano. Aunque la pintura, la escultura y la arquitectura jugaron en este
escenario papeles estelares, le correspondió a la litografía (y al Diseño
Grafico que dio lugar) el mérito de haber iniciado, liderado y socializado
semejante transformación.
Introducida por el italiano Claudio Linati
(1770-1832) al país en 1826, constituyó el mejor medio de representación y
difusión de la identidad mexicana a lo largo del siglo XIX. Generó imágenes
memorables de gran realismo y buen oficio, modernas y actualizadas (en técnica
y temas) de los tipos, costumbres, oficios y tradiciones de los entonces
novedosos mexicanos.
Otro gran protagonista en la construcción de un imaginario colectivo a base
de imágenes impresas de gran difusión y bajo costo (en comparación con la
pintura y la escultura) fue la fotografía. Si la litografía representó un medio
moderno de reproducción de contenidos visuales por los temas que trataba, la
fotografía lo fue también pero por la técnica empleada: la reproducción
mecánica del objeto visual. Abocada también a los temas del presente, la
fotografía mexicana del siglo XIX encontró un amplio repertorio de
posibilidades en la documentación del pasado prehispánico, el paisaje (natural,
local, urbano), el retrato y la tipología social de los mexicanos (como la
litografía).
Paralelo a la litografía primero y después a la fotografía, las Bellas
Artes, esto es la pintura, la escultura, el grabado y la arquitectura
académicas (patrocinadas en el país desde la apertura de la Real Academia de
San Carlos en 1783), contribuyeron enormemente también a la renovación del
imaginario colectivo y la cultura visual del país en un siglo asolado por guerras
de todo tipo.
En función de lo anterior veremos surgir una primera escuela de
pintura de gran técnica e inspiración europea, que derivó en una incipiente
“pintura de historia” a partir del último tercio del siglo XIX; y esculturas
alegóricas que coqueteaban con el pasado indígena, más allá de los inevitables
trabajos de orientación religiosa e incluso mitológica propias de un neoclásico
tardío. Esta mezcolanza de temas y búsquedas de “lo nacional” con estilos
europeos fue también registrada por una arquitectura que copiaba las modas
europeas sin renunciar a los edificios o monumentos conmemorativos del pasado
indio.
Notas de clase:
LOS PRIMEROS DISEÑOS MEXICANOS
PINTURA, GRAFICA, ARQUITECTURA Y EXPRESION POPULAR
PINTURAS DE CASTAS
Las pinturas de castas dan a
conocer la situación de carácter social que se tenía en la época de la Nueva España.
La mayor discriminación no venía por tu apariencia si no por la sangre de tu
linaje. Todos tenían el placer de hacer una familia y descendencia con quien quisieran,
sin embargo, a diferencia de la actualidad, eran los hijos de estas acciones
los que se enfrentaban a la sociedad de una forma limitada y racista. La sangre
limitaba tu desarrollo en la sociedad, solamente los “sangre pura” (100%
española) podía tener un lugar en la corte, el simple hecho de nacer en la
Nueva España era incluso para los españoles algo malo, ya que no eran
considerados 100% españoles si no españoles de ultramar. “Indios, chinos o
negros no podían tener un lugar en el gobierno español, mucho menos su
descendencia, de hacerlo mancharían la pureza española”. Estos “mestizos” eran solamente colonos
comunes y corrientes. No importaba que tan inteligentes o talentosos fuesen, el
gobierno los limitada bastante. Es algo parecido a lo que tenemos hoy en día,
solo que a diferencia de esos tiempos, ya no nos fijamos en la sangre si no en
la clase o los papeles que te distingan, se podría decir que el racismo ya es
parte de la cultura y como tal también a evolucionado al sistema capitalista
que nos rigüe hoy en día.
Los mexicanos tenemos una mezcla
racial muy grande, se ha detectado descendencia africana hoy en día en nosotros.
Sin duda, durante esos tiempos, la cultura española limito mucho al desarrollo
cultural del país. En esos tiempos se consideraba a los indígenas como los
seres más inferiores, no es de
sorprendernos que cuando el sistema español fuese revocado, los indígenas pasaran
a ser del último al principal icono de nuestro país y cultura. Al fin y al
cabo, de todas las mezclas que existen actualmente en el mundo, son las indígenas
las más puras, gracias a su sociedad y cultura. A diferencia de ellos, el
ciudadano promedio se enfoca en factores estéticos, materialistas o sociales
para elegir a sus parejas o uniones familiares.
Actualmente, despreciamos a los indígenas
(a pesar de ser nuestras raíces genéticas), es tal la influencia extranjera que
ha provocado mucha desigualdad e ignorancia en México. Palabras racistas
modernas como Huera de rancho, naco, indio, etc., derivadas del color de la
piel o vestimenta, ha afectado a nuestro país. Olvidamos que todos tenemos
descendencia indígena, por lo tanto, al ofender a los indígenas o usar el término
de forma incorrecta, nos estamos ofendiendo igualmente. Así que antes de abrir
la boca ignorantemente debemos tomar conciencia de esto inteligentemente.
La discriminación y racismo que
tenemos hoy en día viene desde la antigüedad de la conquista mexicana. Así que
la pintura de castas nos permite comprender, ver y entender este problema, y a
largo plazo, poder solucionar el problema de una forma más inteligente y
responsable. Estas pinturas nos permiten
saber la identidad nacional y cultural que se tenía en esos tiempos por parte
del pueblo mexicano.
Las monjas coronadas son la mayor
representación historia, cultural y exquisita que se tiene en la pintura en esas épocas,
algo curioso es que no se van a encontrar monjas coronadas en Europa. Es
exclusivo de México, por lo tanto estas son parte de nuestra identidad
nacional.
Las Monjas Coronadas eran mujeres
casadas literalmente con la religión de esa época. Como ustedes sabrán en esos
tiempos la religión dominaba en todo sentido y durante nuestra conquista fue
impuesta por nuestros conquistadores. Así que olvidamos a los antiguos dioses
como Quetzalcóatl o Tláloc y los cambiamos por la “Virgencita de Guadalupe”
Era el mundo de la consagradas,
mujeres que se entregaban completamente a la fe y a su dios. En estas pinturas
vemos los retratos del día de su consagración y de su muerte. Estas mujeres
atravesaban don momentos de compromiso en su vida: el de la profesión y el de
la toma de hábitos, este último considerado el matrimonio místico con Jesús y a
la muerte de estas el encontrarse finalmente con su esposo divino.
Los lienzos eran colgados en las
casas familiares de las susodichas, que
con orgullo era mostrado ante la mirada de los visitantes para denotar la
gracias y compromiso familiar o bien simplemente ser un ejemplo para las
jovencitas novicias, mostrando el grado e santidad y excelsitud de algunas de
sus antecesoras.
Artist: Benjamín Domínguez (Mexican, born 1942)
Title: Monja
coronada
Medium: oil
on canvas
Size: 80 x
70 cm. (31.5 x 27.6 in.)
|
“La pintura de monjas coronadas,
afirma la Dra. Alma Montero Alarcón especialista en este género y Coordinadora
de Investigación en el Museo Nacional del Virreinato: “alcanzó su máximo
esplendor en la Nueva España, pero no fue una manifestación exclusiva de este
virreinato. La tradición de retratarlas con sus coronas y ramilletes floridos
se presentó, bajo diseños y características generales muy similares, en Perú y
Colombia”.”
Los retratos presentaban a las
consagradas portando cirios y coronas de flores, joyas y listones en una
composición en extremo simbólica. Además de estos elementos, las novicias prontas a pronunciar sus votos
definitivos elegían esculturas del Niño Dios, para embellecer aún más esta
celebración. El día de su profesión se consideraba el más importante de sus
vidas y todos los actos externos estaban cargados de una significación
especial.
Los lienzos contienen múltiples
elementos pero todos tienen características y significados en particular, por
ejemplo: el velo que utilizaban representaba el compromiso que contraían. La
corona debía llevar el signo de la cruz, su significado se resumen en esta
frase: “la Inmortalidad de la Iglesia te corone”. Por último, La palma en la
mano es el signo de la virginidad y que en los retratos hispanos aparecían bajo
un aspecto natural y realmente sencillas, mientras que en los ejemplos
americanos la palma estaba sobrecargada con infinidad de elementos: flores,
esculturas y listones formando moños y lazadas.
Por lo que toca al segundo
momento en que una monja era coronada correspondía al sobrevenir su muerte.
Este paso significaba el encuentro definitivo con el Divino Esposo. Al instante
del fallecimiento se reunían todas las hermanas en el coro bajo de la Iglesia
mientras que la abadesa rezaba a solas con la monja muerta. Durante tres horas
no era tocado el cadáver y sólo pasado ese lapso se procedía a engalanarle con
su hábito y los demás ornatos para luego ser conducida al coro bajo con el
resto de la comunidad y de regreso al sitio donde había profesado.
http://upaep.mx/upress/index.php/analisis/desarrollo-humano-y-social/item/106-pintura-de-monjas-coronadas-una-expresion-del-barroco-mexicano
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